martes, 8 de mayo de 2012

Sumando, y asimilando.

Después de la terrible etapa del sábado nos atrevimos a probar el domingo. Las sensaciones no fueron del todo malas.

El punto de encuentro con buena participación de corredores. Últimos ajustes de unos y otros de las flakas.
Partimos dirección Villava atravesando todo tipo de cruces y rotondas con las debidas precauciones.
A ritmo de dos figuras entramos en la NA-121, la resaca de ayer hace  que circulemos a una marcha agradable. A la altura de Sorauren avería, solucionada en un periquete rancamos de nuevo y volvemos al ritmo agradable. Los relevos empiezan de unos y otros.
 Los del sábado a rueda con las pulsaciones en su sitio hablando de todo un poco, observando nieblas por el valle encantado. Dejando la NA-121, y enganchar la NA-411 hasta en el cruce del restaurante aitona. Continuamos cruzando Gerendiain a ritmo respetuoso en el repecho, llegamos  a la localidad de Arraiza rodando de maravilla en compacto pelotón y continuar hasta el cruce de la 121 que nos hará doblar a la derecha, encarando el duro repecho que una vez rebasado nos lanzamos a todo gas, en este tramo podemos comprobar lo que corre un potro al lado nuestro, el animal rueda por el prado a 42 nada mas y nada menos.  Adentrándonos en Olagüe saltando los pasos de cebra como si fuésemos caballos de hípica encaramos la subida del día. En los inicios se hace la selección de cierre de pelotón, cuatro figuras suben juntos, el Aitatxi soltando piernas después de haber disputado la rompe piernas el día anterior pone ritmo piano piano, que a los demás nos viene de maravilla.
Por la localidad de Olagüe la calzada está muy cochina de muñigas de bichos grandes rumiantes, nosotros para arriba. A poco de Llegar al alto bajan figuras acompañarnos y darnos ánimos. En el alto la mesa puesta en sitio plano pero de acceso para katiuscas, la lluvia ha dejado barro en el puesto.
Una vez vituallados iniciamos el descenso con precaución, la calzada está sucia y mojada. En Saigos paramos para reagrupar y continuar todos en grupo. A penas de rodar cuatro kilómetros avería de nuevo, el grupo paramos en la curva de herradura en sitio seguro. Vemos subir a dos y la sorpresa es que resulta ser el campeonísimo con su mujer a rueda, que por cierto subían a cien. Kepa nos viene a la contra incorporándose al grupo, nos comenta que el campeonisimo y su señora han dejado al hijo para que hiciera  la subida a Erro.
Ya en marcha los figuras suben el ritmo, los demás a rueda y volviendo a disfrutar de lo lindo. Llegamos a Huarte, despedida y hasta luego Lucas.

(El equipo de redacción)


 

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